Tantos meses eludiendo la trampa:
tantos meses.
La rodeas por los bordes,
por encima de ella.
Mas aún,
logras alejarte varios pasos
y hasta por segundos felices
separarla de tu vista, entrever
ráfagas
de verde prado.
Y de súbito el deseo demente
de llegar a la trampa,
hundirte entre sus paredes.
Golpearte, golpear
caer
y caer
Llegar al fondo.
Maria Mercedes Carranza, de Tengo Miedo
viernes, junio 12, 2009
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