Siento que me voy alejando, que voy saliéndome poco a
poco, de esta realidad de las mañanas y las tardes y voy
entrando en un mundo que estoy construyéndome con mis
deseos y ansiedades y todas las cosas reprimidas que
empiezan a querer salírseme y que me empujan, casi sin
darme cuenta en la incertidumbre, allí donde deberé
quedarme sola, donde me da miedo ir porque sé que
tendré que asumir toda la responsabilidad del haberme
dado cuenta, del saber que no todo es aire y agua y pan y
leche y que hay algo más que nos rodea, que está en la
atmósfera, que nos persigue y espera para envolvernos en
esa belleza dolorosa que quisiéramos compartir y
acercarla a los demás pero que, al contrario, nos aleja, nos
hace sentirnos irreales, diferentes, como que acabáramos
de nacer a un mundo que no conocimos hasta entonces o
como que hubiésemos llegado de la estrella más cercana
o de la más lejana y estamos abiertos totalmente a las
hojas, al ruido, sintiendo derramarse la vida, sintiendo que
nos acercamos a esa, la verdadera realidad, aunque todos
crean lo contrario y nosotros no podamos explicárselos.
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1 comentario:
Gracias, gracias, gracias. Habia buscado esta poema da 15 anos.
Ainhoa
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